Portugal es una gran joya turística repleta de rincones, unos más conocidos que otros, pero todos llenos de encanto. Dotado de un clima mediterráneo, Portugal garantiza, en gran medida, las condiciones climáticas deseadas por el viajero: sol y playa en el centro y sur, algo de montaña a norte, lagos y vegetación abundante en las islas.
Portugal, posee preciosos parajes entre los que normalmente se destacan las Azores, el Algarve y Madeira. Pero, quizás menos conocidas, son sos extensas playas occidentales, la preciosa llanura del Alentejo o los valles de ríos como el Duero, o el Mondego.
Lisboa supone otro destino relevante donde es posible visitar museos, monumentos y lugares de interés turístico. Es un privilegio disfrutar de sus días soleados subiendo y bajando sus siete colinas de impresionantes adoquines. Cuando nos cansemos de andar, otra posibilidad de conocer la Lisboa señorial de otros siglos es su famoso tranvía, un elemento muy pintoresco a la par que muy práctico.
Son atractivos también el valle del Tajo y la ciudad de Oporto, así como la zona norte de Portugal, que ofrece pictóricos recuerdos a quien los busque.
Pero no solo la vista se beneficia de lo que Portugal brinda al viajero; para deleite del gusto está su gastronomía, que es mundialmente reconocida. A pesar de contar con una dieta mediterránea como lo es la española, posee platos que sorprenderán al turista español, como las migas, la cataplana de marisco, el “cozido à portuguesa”, el caldo verde, etc. Sus vinos también son famosos y de las Beiras hay que llevarse unos quesos.
No hay que olvidarse de que Portugal posee una larga tradición histórica y que por ello es cuna de gran cultura. Muy hermanada con España, sus tradiciones no dejan de sorprender a visitantes y locales. El Fado, el teatro o el propio idioma son aspectos a tener en cuenta en nuestro próximo viaje a Portugal.
