El castillo de San Sebastián se encuentra en uno de los extremos de la playa de la Caleta. Su misión era defender el flanco norte de la ciudad de Cádiz que ya había sido atacada y saqueada en varias ocasiones, la última por el Conde de Essex a finales del siglo XVI. Por ese motivo, Felipe II mandó construir el Castillo de Santa Catalina, que se encuentra en el otro extremo de la playa, así como reforzar las murallas y baluartes que rodeaban Cádiz.
A principios del S. XVII se comienza a construir el castillo, más bien fortaleza, sobre un pequeño islote rocoso, en el que ya existía una ermita y un faro. La ermita, consagrada a San Sebastián, fue fundada en el siglo XV por los tripulantes de un barco veneciano que habían contraído la peste durante el viaje y encontraron en la isla el refugio que se les había negado en otros puertos. En agradecimiento a la hospitalidad gaditana, levantaron la ermita junto al faro que en esas fechas existía. Son muchas las referencias que podemos encontrar de geógrafos e historiadores árabes que se refieren al faro como un “esplendido edificio de varios pisos, rematado con una estatua dorada, semejante al de Alejandría”, si bien fue destruido no quedando restos.
Si venís a Cádiz, es uno de los paseos que estáis obligados a hacer. De espaldas a la ciudad, al popular barrio de la viña, y tras pasar una entrada construida con piedra ostionera, ( supongo que es lo que queda de la muralla que rodeaba la zona), empezamos a recorrer el “caminito” que nos lleva al castillo. Con la marea baja, quedan al descubierto algunas zonas de arena blanca (muy cotizadas en verano para disfrutar del sol) y todo el fondo rocoso; casi se podría rodear el castillo saltando de roca en roca. Sin embargo, con la pleamar su aspecto cambia por completo, sobre todo si hace viento. Y no digamos si hay temporal.
El castillo propiamente dicho, es la primera construcción que vemos; de planta irregular con nueve lados, dos fosos y un puente levadizo que daba acceso a la siguiente construcción que se conoce como la “avanzada de la Reina Isabel”. En esta zona y sobre la base de una torre atalaya musulmana, en 1.908 se levantó el actual faro, que recibe también el nombre de San Sebastián. Tiene una altura de 41 m. y es el segundo eléctrico de España.
El camino ó malecón, se construyó para que no quedara aislada la isla con la marea alta. Recientemente, en 1985 se declaró Bien de Interés Cultural. Su uso ha sido militar hasta no hace muchos años, llegando en algunas ocasiones a ser prisión militar. Hoy es propiedad del Ayuntamiento y se encuentra en proceso de rehabilitación.
La silueta que dibuja en el mar el malecón con el castillo y el faro al fondo, ha sido y será una de las vistas más bonitas de las que podemos disfrutar en Cádiz, la ciudad más antigua de occidente. Y añadiría, que es un lugar único para pasear y disfrutar casi con los cinco sentidos.
Articulo cedido por: Fina´s y mar : finadiz10.over-blog.es
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La ciudad vive una nueva polémica con la reforma que se quiere efectuar en el castillo de San Sebastián, con motivo de los actos del bicentenario de las Cortes de Cádiz. Buena ocasión para observar esta espléndida fotografía en la que aparece el castillo a finales del siglo XIX. Destaca el viejo faro, que fue derribado en 1898 como medida de precaución ante el temor de un ataque por parte de la marina de los Estados Unidos, en guerra con España.