Madrid es una ciudad para disfrutarla. Sin duda, es una de las capitales más visitadas de toda Europa no sólo por las muchas reuniones de negocios que transcurren en su corazón financiero sino también por la historia que se puede observar a través de sus monumentos.
Receptora del turismo internacional, no sólo nacional sino también europeo, cada año millones de pasajeros aterrizan en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid para descubrir todos sus rincones. Además, gracias a sus cuatro terminales, son miles los vuelos que aterrizan y que permiten cada vez más plazas a precios más económicos, como los que puedes encontrar en la agencia de viajes online Travel2be a través de los cientos de conexiones con capitales del mundo.
Hoy queremos centrarnos en un tipo de turismo específico. Vamos a visitar algunos de los Palacios más emblemáticos no sólo de la capital sino también de la Comunidad de Madrid.
Palacios en Madrid
Sin duda, no se puede empezar a hablar de los Palacios sin mencionar, casi en primer lugar, el Palacio de Oriente. Situado en el corazón mismo de Madrid, este edificio, enseña de la monarquía – aunque lo cierto es que los Reyes viven en el Palacio de la Zarzuela – cuenta con más de 3400 habitaciones, lo que le convierte en uno de los más grandes de la Europa Occidental. De hecho, en superficie es mucho más grande que el bellísimo Versalles o que el mismísimo Buckingham.
Fue mandado construir por Felipe V sobre el que fuera el Real Alcázar, que fue incendiado a principios del siglo XVIII, algo que también justificó la construcción de un edificio más acorde con las modas del momento. Esto dio lugar al proyecto del Palacio Real, junto con los Jardines de Sabatini, un entorno único que presidió la capital hasta que viviera en él el último monarca: Alfonso XIII. Pasear por su interior no sólo es ver increíbles obras de arte, sino también una riqueza decorativa como pocas.
Ya fuera de la capital se encuentra el Monasterio del Escorial, en plena sierra madrileña. Este complejo cuenta no sólo con una basílica sino también con lo que fuera el Palacio Real, lugar habitado por muchos de los que fueran soberanos del país. De hecho, es en su basílica donde podrás ver el Panteón que custodia los restos de reyes y reinas.
Mandado construir por Felipe II en el siglo XVI, sigue los dictados del estilo herreriano. Tanto es su valor, que por la complejidad y multifuncionalidad del proyecto, al margen y añadiendo la belleza de su estructura, fue declarado la octava maravilla del mundo desde su construcción.
Por último, pero no por ello menos importante, al sur de la Comunidad de Madrid y casi colindando con Castilla la Mancha, se encuentra el único Palacio de Aranjuez, también diseñado durante el mandato de Felipe II ya que se quiso hacer de la Villa de Aranjuez un lugar regio y donde los cotos de caza, gran afición de la monarquía, abundaban.
Dos salas son las más famosas por su complejidad y originalidad: la sala china y la de los espejos. Aún así, más allá de la belleza interior de un palacio que vivió algunos de los episodios más históricos del país, sus jardines son los que fueron referencia por su inmensidad, diseño y belleza.
