Sevilla es una ciudad que conjuga perfectamente la tradición con la modernidad. Vista a menudo como un destino que reúne lo más típicamente español: toros, sol, sevillanas, tapas, historia,… también ha sabido acoger durante los últimos años proyectos culturales y arquitectónicos muy innovadores.
Una de estas construcciones es el Metropol Parasol, conocido coloquialmente por los sevillanos como “Las Setas de la Encarnación”, ya que la sinuosa estructura, situada en la Plaza de la Encarnación, recuerda vagamente a los hongos que surgen de la tierra en los bosques.
El Metropol Parasaol, diseñado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer, tiene un gran impacto visual desde el primer momento en el que aparece ante tu retina. Gigantesco, compuesto por varios módulos unidos entre sí, resalta sobre su entorno casi como si estuviera fuera de lugar. De hecho, en su momento, generó una gran polémica, ya que no gustó a muchos de los sevillanos. Pero ahora, gracias a su diseño innovador, se ha convertido ya en uno más de los reclamos del turismo en Andalucía.
A su alrededor y en sus locales a pie de calle hay varios comercios y bares en los que tomar una caña o un pequeño refrigerio. En su piso superior, al que se puede acceder con un ascensor hay un mirador impresionante, una atalaya privilegiada por la que se puede pasear libremente, siguiendo los caminos de la azotea y desde donde se contemplan algunas de las mejores vistas de la ciudad. Es un lugar al que merece la pena subir con la cámara de fotos. El acceso sólo cuesta 1,20 €.
Las obras del Metropol Parasol, que terminaron en 2011, dejaron al descubierto antiguos restos de la civilización romana que subyacían en el suelo sevillano, más concretamente, restos arqueológicos del periodo que abraca s.I al s.VI. También se hallaron una casa islámica y diferentes restos de la Edad Media y Moderna. Todo ello ha configurado un centro de interpretación de la historia de sevilla que responde al nombre de Antiquarium.
