Dicen que la tierra roja de Camboya adquiere el color de la sangre de las víctimas en tiempos del Imperio Khmer. No hace mucho tiempo que dejo de ejercer su influencia siendo un lugar hoy día poco recomendado por los gobiernos de numerosos países. Es por esto que Camboya sigue siendo la gran desconocida del Sudeste Asiático.

Ya por el siglo X, durante la época dorada del imperio dejó su huella en países vecinos como Tailandia debido a los enfrentamientos que se producían por las tierras en el Sudeste Asiático. Hoy Camboya es un pueblo liberado de protectorados y conflictos que intenta resurgir de sus propias cenizas mostrando su mejor cara.

Recorrer sus ciudades y pueblos, sus montañas, sus pueblos flotantes, … resulta una experiencia enriquecedora si decides coger tu mochila y empaparte de la magia que desprende.

La mayoría de la gente conoce Camboya por sus templos y ciudades antiguas pero … Camboya ¡es mucho mas que Angkor!. Probablemente será la primera visita que realicemos si visitamos el país. No me cabe la menor duda que es uno de los  conjuntos arqueológicos mas impresionantes que existe en la tierra y el mayor proyecto de carácter religioso que se ha construido nunca.

Si decidimos dedicarle mas tiempo descubriremos paisajes únicos de montaña por donde fluyen ríos y cascadas para dejar a uno con la boca abierta. Sus poblados flotantes a orillas del Gran Tonle Sap muestran parte de la cultura y tradiciones de un pueblo humilde, amable y de buen corazón.

Ciudades importantes como Siem Reap o Phnom Penh muestran a una población inmersa en sus labores diarias mezcladas con el ir y venir de viajeros deseosos de conocer esta cultura tan exótica.

La belleza de Camboya solo contrasta con el sufrimiento de aquellas personas que han perdido a un ser querido durante las guerras y con aquellas que han sufrido la tragedia de las minas antipersona. Un paseo por los museos de la guerra y de las minas te darán una visión real de lo que este pueblo ha sufrido y, a pesar de ello, te reciben con los brazos abiertos. Un país para visitar desde la humildad y el respeto. Con estas premisas es fácil llevarte algún amigo en el recuerdo. Sin duda un recuerdo que ni el tiempo será capaz de borrar.

No debemos olvidar además que Camboya, aunque no lo creamos, tiene playa. Al sur, haciendo frontera con la también bella y fascinante Tailandia encontraremos Sihanoukville. Toda esta zona junto a sus alrededores está en plena expansión. Es fácil que en un futuro se hable mucho de destinos de sol para las vacaciones en este país.

Mientras tanto Camboya seguirá ofreciendo a todo aquel que pise su tierra rojiza lo mejor que tiene … su amabilidad y su humildad!!

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Alexia

Sedienta de descubrimiento desde su infancia, Alexia salta en la ocasión sin dudarlo, tan pronto como se trata de viajar. También pasa una parte de su tiempo libre alimentando este blog para ayudar a otros a viajar bien como ella. ¡Sigue los pasos de Alexia a través de sus artículos para descubrir el mundo!