Muchos de los autodenominados viajeros que deciden ver paises exóticos son transportados en peceras aisladas por los touroperadores, quienes deciden qué se debe visitar y cuándo se debe hacer. Después los, mal llamados, viajeros son llevados al hotel, les muestran la típica danza local y se sientan delante de una copa a explicar las mismas anécdotas estereotipadas. Cualquier pequeño problema que haya sucedido durante el viaje es suficiente para que aparezcan los prejuicios acumulados durante siglos con el país visitado, porque es más facil retener la falsa imagen del país como el de un lugar atrasado, que intentar entender su evolución.
¿Es ésto viajar? No, viajar no significa transportarse de un sitio a otro con las anteojeras puestas para regresar con los mismos prejuicios. El viaje ha de ser un aprendizaje, un acercamiento a otras gentes, nos ha de ayudar a relativizar los problemas, a expandir la mente y a hacernos mas atentos y receptivos.
