Siglos atrás, cuando los barcos surcaban los mares, los faros eran sus grandes referentes. Nada que ver con las ventajas y facilidades que tenemos en la actualidad, donde a través de un dispositivo móvil podemos orientarnos casi en cualquier lugar del planeta.
Esas torres luminosas que presidían acantilados daban la bienvenida a navegantes que venían de otros países, a los pesqueros de la zona o incluso a algún capitán despistado. Sin duda, en un país como España, donde la costa rodea su geografía, hay faros que no puedes dejar de visitar.
Sin duda puede acabar convirtiéndose en la mejor ruta para conocer las poblaciones españolas que los rodean. LA ventaja, la increíble red de aeropuertos que existe en España, algo que facilita que te desplaces hasta ellos de la forma más rápida gracias a numerosas ofertas de vuelos que encontrarás en agencias como Travelgenio.
Cuatro faros que no puedes perderte
1- Faro de Finisterre: quizá sea uno de los más especiales de los que hablaremos, más que nada por lo que significa para muchos. Al final del Camino de Santiago, muchos llegan al punto y faro más occidental de Europa para dar por concluido el peregrinaje. Desde luego, las vistas, el ambiente, el propio faro y la plaza que lo preside, merecen una visita. Situado en plena Costa da Morte, ver cómo rompen las olas bajo la atenta mirada de la torre octogonal.
2- Faro de Chipiona: en este caso hablaremos del que vigila el estuario del Guadalquivir desde la atalaya gaditana de Chipiona. Se trata del más alto de España con sus 72 metros de altura. Además, las vistas hay que ganarlas a golpe de subir escaleras, en concreto, más de 344.
3- Torre de Hércules: y cómo vamos a hablar de faros sin pararnos en uno de los más históricos, bellos y mitológicos de nuestra geografía. Se trata de la Torre de Hércules en A Coruña. Considerada Patrimonio de la Humanidad desde 2009, además cuenta con numerosas leyendas a sus espaldas, algo que hace que sea de lo más atractivo para el turismo gallego.
4- Cap de Creus: es el lugar español donde antes se ve el sol al amanecer, algo que ya sólo le vale una visita a esas horas de la mañana. Su enclave además en los Pirineos hacen de este lugar algo mágico y único. Para llegar, tendrás que hacerlo desde Cadaqués, otro de los enclaves únicos de esta zona de la Costa Brava.
