Granada, conocida por abrigar el magnífico palacio Alhambra tiene mucho que ofrecer a los turistas. Podrán admirar las últimas huellas del pasaje de los musulmanes durante la época de la ocupación del territorio Al-Ándalus. La Alhambra, uno de los 12 tesoros de España es sin duda el sello más apreciada. Domina la ciudad de Granada. Por la noche, recobra toda la significación de su nombre en árabe : « El rojo », por volver a colorarse pelirrojo. En verano, la vista desde el mirador San Nicolás, en el barrio del Albaicín, es verdaderamente sorprendente. El trayecto desde el Paseo de los Tristes hasta la plaza San Nicolás merece la pena ir caminando. Las vistas de la Alhambra al llegar acá, casi a su misma altura y sin absolutamente nada que obstruya la visión, lo dejan a uno bastante impresionado. Por otro lado, siempre suele haber buen ambiente, con gente tocando la guitarra o el cajón, cantando, vendiendo artesanías… Entre la música y las vistas, es un lugar ideal para estar un rato charlando o tomándose algo, en tal paz que no dan ganas de irse.
En la calle de las teterías, pueden escoger uno de los salones para sentarse a tomar un té con dulces árabes y descansar fumando el narguile después del paseo.
Al atardecer, pueden también ir a uno de los lugares que proponen baños árabes. Los baños árabes actuales son una sofisticada amalgama de luz, temperatura, sonido, olores y sensaciones que transportan al usuario a otra dimensión muy ajena al mundo de prisas, ruidos y stress que a muchos nos rodean. Se les ofrece durante una sesión música de lo más agradable, masajes relajantes y tés árabes.
Otra opción sería pasearse por el Sacromonte. Ofrece rica variedad étnica: árabes, judíos, castellanos y, por último gitanos, con un nuevo tipo de vivienda, la cueva. Las cuevas del Sacromonte en Granada han sido hogar durante siglos de gitanos, bohemios y artistas flamencos. Alma poseída de profundas pasiones y oscuros misterios que expresan en el espectáculo de sus Zambras (espaciosas, blancas y adornadas de cacharros de brillante cobre). Es imprescindible acercarse al menos una noche para asistir a una zambra en una cueva del Sacromonte.
Por el atardecer y por la noche, la vida en Granada en un caleidoscopio de colores, olores, sentimientos que finalmente les llevará a decir con sinceridad que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada… De los encantos de Granada, nunca acabaré de contar…
