Cuando uno visita Japón quiere ser japonés. Quiere coger las cosas con la misma dulzura con que lo hacen ellos, extendiendo las dos manos abiertas con las palmas hacia arriba y asintiendo con un gesto amable como si todo fuera un tesoro. Quiere pasear por sus jardines y perderse entre sus árboles, sorteando esas formas perfectas que sólo se consiguen con años de paciencia y quilos de mimos. Quiere ser uno de ellos, sentirse parte de su cultura y no verla como un secreto admirador mira a su musa sabiendo que nunca la convertirá en su amante. Ver mejor ruta de viaje por Japón .

Poesía barata de viajero al margen, Japón conquista a todo viajero, tanto que incluso uno estaría dispuesto a aceptar la parte más negra de su historia. Los japoneses creyeron hace años que eran el pueblo elegido para liberar a Asia del colonialismo occidental, y sustituirlo por el suyo se les olvidó decir, claro. Entrar en guerra al mismo tiempo contra China, Rusia, Korea y Estados Unidos les costó unos tres millones de muertos. Los tifones que 500 años antes les habían salvado de las invasiones mongoles y sus invencibles flotas en esta ocasión se quedaron en casa. Vientos divinos fue el nombre que les pusieron en su momento, kamikazes en japonés.

Últimamente tampoco les ha ido muy bien la cosa. Llevan diez años sumidos en una recesión provocada por la interminable burocracia de su sistema y por una corrupción asfixiante que les ha obligado a romper con muchas de sus tradiciones. Los empleos han dejado de ser para toda la vida y ya no existen grupos de empresas que se ayudan unas a otras. En Japón ha nacido una nueva raza, los ejecutivos low-cost, profesionales de cuello blanco que ni con todo su sueldo pueden pagar la locura de un alquiler en Tokio. Les sale mucho más barato reservar por horas una sala privada de karaoke, aunque los gritos de sus vecinos no les dejen dormir de tirón. Qué ver en Japón.

A pesar de todo, los japoneses serán capaces de superar esta crisis y lo harán como siempre, mejor que nadie. Por algo fueron los inventores de la frase “copiar con orgullo”: mirar lo que hacen los demás, copiar lo bueno y encima mejorarlo. Y dando las gracias, que para eso son gente educada. En realidad es el único pueblo de la historia que ha sido capaz de combinar lo mejor de la cultura oriental y de la occidental. En ningún otro lugar se puede encontrar los dos mundos tan próximos uno del otro, entremezclados lo mínimo para que cada uno tenga su espacio pero lo justo para que se entiendan. La globalización debería ser una autopista de dos direcciones y en la nuestra no tendrían que venir sólo productos baratos, materias primas o inmigrantes ilegales, sino también buena parte de todas esas culturas que nacieron hace miles de años en Asia y África. Y, si puede ser, alguno de sus cocineros… Información para viajar a Japón.

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Artículo cedido por Way-Away.es
Escrito por Pedro Armangué, experto viajero.

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Alexia

Sedienta de descubrimiento desde su infancia, Alexia salta en la ocasión sin dudarlo, tan pronto como se trata de viajar. También pasa una parte de su tiempo libre alimentando este blog para ayudar a otros a viajar bien como ella. ¡Sigue los pasos de Alexia a través de sus artículos para descubrir el mundo!